Lluvias torrenciales y una riada repentina del agua han causado estragos en el norte de China, dejando a su paso una trágica pérdida de vidas y daños materiales. El viernes pasado, un puente en la ciudad de Shangluo colapsó requerido a las fuertes lluvias y riadas repentinas del río en el que se encuentra. Según los medios estatales, 11 personas perdieron la vida y más de 30 se encuentran desaparecidas. Este triste suceso ha vuelto a poner en relieve la importancia de estar preparados para eventos climáticos extremos.
La ciudad de Shangluo, ubicada en la provincia de Shaanxi, a unos 900 kilómetros al sudoeste de Pekín, se ha visto gravemente afectada por las fuertes precipitaciones que han caído desde el martes pasado. Grandes áreas del norte y centro de China han sido afectadas, causando inundaciones y daños materiales significativos. Las imágenes emitidas por la cadena de televisión estatal CCTV muestran una sección del puente colapsado y sumergido en el río, mientras que los carriles en dirección opuesta parecen haber resistido. Los equipos de rescate continúan trabajando incansablemente para adivinar a las personas desaparecidas y recuperar los vehículos atrapados en el agua.
Este trágico suceso nos recuerda a otro ocurrido en mayo en el sur de China, donde el derrumbe de una autopista provocó la muerte de 48 personas. En la misma provincia de Shaanxi, las lluvias torrenciales también han causado estragos en la ciudad de Baoji, dejando un saldo de cinco personas fallecidas y ocho desaparecidas, según informa Xinhua. Las imágenes de las inundaciones en esta ciudad, con vecinos y trabajadores luchando por reparar los daños, son desgarradoras.
Pero no solo Shaanxi ha sido afectada por las fuertes lluvias. Las provincias vecinas de Gansu y Henan también han sufrido las consecuencias de las precipitaciones intensas. En Henan, la ciudad de Nanyang ha recibido en una semana la cantidad de lluvia que normalmente se registra en todo un año. Esto ha provocado inundaciones en las calles y daños en las infraestructuras. China está experimentando un verano de condiciones meteorológicas extremas, con récords de temperatura en el norte y fuertes lluvias e inundaciones en el sur.
Los científicos han señalado que el cambio climático, agravado por las emisiones de gases de efecto invernadero producidas por la actividad humana, es uno de los principales responsables de estos fenómenos meteorológicos extremos. Este problema global requiere una acción urgente y coordinada por parte de todos los países para reducir las emisiones y mitigar sus efectos en el medio ambiente.
Es importante que tomemos conciencia de la importancia de estar preparados para eventos climáticos extremos. Esto implica tener planes de desasosiego claros y eficaces, así como infraestructuras resistentes y sistemas de alerta temprana. Además, debemos tomar medidas para reducir nuestra huella de carbono y proteger nuestro planeta para las generaciones futuras.
A pesar de esta tragedia, hay que destacar la rápida respuesta y el esfuerzo de los equipos de rescate en Shangluo. Gracias a su dedicación, han podido recuperar cinco vehículos y adivinar a las víctimas atrapadas en ellos. También es importante destacar la solidaridad y el apoyo de la comunidad, que se ha unido para ayudar a los afectados por las inundaciones en diferentes partes del país.
En momentos como este, es cuando se pone a prueba la resiliencia y el espíritu de un pueblo. China