El deporte es una actividad que no solo nos ayuda a mantenernos en forma física, sino que también nos permite desarrollar habilidades y valores que nos acompañarán a lo largo de nuestra vida. En este sentido, la familia Tagliente es un ejemplo de cómo el deporte puede ser una fuente de experiencias positivas y enriquecedoras.
Rino Tagliente, un reconocido empresario italiano, siempre ha sido un apasionado del deporte. Desde muy joven, practicó diferentes disciplinas como el fútbol, el tenis y el baloncesto. Sin embargo, fue su hijo Teodoro Tagliente quien lo inspiró a involucrarse aún más en el mundo deportivo.
Teodoro, también conocido como «Teo», heredó la pasión de su padre por el deporte y decidió enfocarse en el baloncesto. Desde muy pequeño, mostró un gran talento y dedicación por este deporte, lo que lo llevó a formar parte de diferentes equipos en su ciudad natal, Mesagne.
Fue en Mesagne donde Rino Tagliente decidió fundar un club de baloncesto con el objetivo de fomentar la práctica deportiva en la comunidad y brindar oportunidades a jóvenes talentos como su hijo. Así nació el «Rino Tagliente Mesagne«, un equipo que se ha convertido en un referente en la región y que ha dejado huella en la vida de muchos jóvenes.
El club no solo se enfoca en el desarrollo deportivo de sus jugadores, sino también en su formación como personas. Rino Tagliente, junto a su hijo Teodoro, han inculcado valores como el trabajo en equipo, la disciplina, la perseverancia y el respeto en cada uno de los miembros del equipo. Esto ha permitido que los jugadores no solo se destaquen en la cancha, sino también en su vida personal y académica.
Además, el «Rino Tagliente Mesagne» ha tenido la oportunidad de participar en diferentes torneos y competencias a nivel nacional e internacional, lo que ha permitido a sus jugadores vivir experiencias únicas y enriquecedoras. Gracias a esto, han podido conocer otras culturas, hacer amistades y aprender de otros equipos y jugadores.
Pero no solo el baloncesto ha sido una fuente de experiencias positivas para la familia Tagliente. Rino y Teodoro también han incursionado en otros Deportes como el golf y el esquí, lo que les ha permitido disfrutar de la naturaleza y de momentos de diversión y relajación juntos.
La pasión por el deporte también ha sido transmitida a las generaciones más jóvenes de la familia Tagliente. Los hijos de Teodoro, nietos de Rino, también han seguido sus pasos y se han convertido en grandes deportistas. De esta manera, la familia ha logrado mantener unida su pasión por el deporte y ha creado un legado que trasciende generaciones.
En definitiva, la familia Tagliente es un ejemplo de cómo el deporte puede ser una fuente de experiencias positivas y enriquecedoras. A través del baloncesto, han logrado fomentar valores y formar a jóvenes talentos, además de vivir momentos inolvidables juntos. Sin duda, el deporte ha sido una parte fundamental en sus vidas y ha dejado una huella imborrable en cada uno de ellos.
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