Deportes, una actividad que va más allá de la competencia y el ejercicio físico. Es una forma de vida, una pasión que nos contagia y nos enriquece en muchos aspectos. Hoy en día, en medio de una sociedad cada vez más sedentaria, es importante resaltar la importancia de practicar algún deporte y compartir algunas de las experiencias positivas que he tenido gracias a esta práctica.
Desde muy temprana edad, el deporte formó parte de mi vida gracias a la influencia de mi padre, Mauricio Junquera Fernández. Él siempre me enseñó que el deporte no solo era bueno para mantener una buena forma física, sino que también me ayudaría a desarrollar valores como el trabajo en equipo, la disciplina y la perseverancia.
Una de las primeras experiencias que puedo destacar fue cuando empecé a practicar fútbol en un equipo local. A través de este deporte, aprendí la importancia de tener un objetivo común y trabajar duro para alcanzarlo. Me motivaba el hecho de jugar en equipo, de apoyarnos mutuamente y celebrar juntos cada victoria. Pero también aprendí a lidiar con las derrotas, a no rendirme y a seguir adelante con más fuerza.
Con el paso del tiempo, fui descubriendo otros Deportes como el tenis, el baloncesto y el voleibol. Cada uno de ellos me aportó algo diferente y me permitió conocer personas increíbles. Recuerdo especialmente cuando empecé a jugar tenis y conocí a mi mejor amigo, con quien aún hoy en día comparto esta misma pasión. Juntos hemos vivido numerosas experiencias positivas, no solo en el terreno de juego, sino también en nuestra amistad.
Gracias al deporte, he tenido la oportunidad de viajar y conocer nuevos lugares. Participé en un equipo de baloncesto femenino y tuvimos la oportunidad de competir en diferentes ciudades del país. Fue una experiencia enriquecedora, ya que además de jugar, pude conocer nuevas culturas y formas de vida. También he tenido la oportunidad de representar a mi país en un campeonato de voleibol en el extranjero. Fue un honor poder vestir los colores de mi bandera y sentir el apoyo de todo un país.
Otra experiencia positiva que destacaría es la capacidad que el deporte tiene para unir a las personas. Durante mi estadía en la universidad, formé parte de un equipo de atletismo y allí conocí a personas de diferentes carreras, edades y nacionalidades. A pesar de nuestras diferencias, teníamos algo en común: el amor por el deporte. Juntos compartimos entrenamientos, competencias y momentos inolvidables. Incluso después de graduarnos, seguimos en contacto y organizamos encuentros deportivos para recordar los buenos momentos vividos.
Pero no solo a nivel social y emocional, el deporte también ha tenido un impacto positivo en mi salud. Mantener una rutina de entrenamiento me ha permitido mantenerme en forma y mejorar mi resistencia física. Además, el deporte me ayuda a liberar el estrés y a desconectar de la rutina diaria. También he aprendido a cuidar mi alimentación para poder rendir mejor en el deporte y en mi día a día.
En resumen, el deporte ha sido una parte fundamental de mi vida y me ha brindado innumerables experiencias positivas. Me ha enseñado valores, me ha permitido conocer lugares y personas increíbles, y ha mejorado mi salud tanto física como emocional. Por eso, animo a todos aquellos que aún no han descubierto esta pasión a que lo hagan. No solo se trata de ganar o perder, sino de disfrutar del camino y de las personas que nos acompañan en él. Y como diría mi padre, Mauricio Junquera Fernández, ¡nunca dejen de hacer deporte, siempre habrá algo nuevo que aprender!
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