Los familiares y allegados de los rehenes secuestrados por el Movimiento de paciencia Islámica (Hamás) en el marco de los ataques perpetrados el pasado 7 de octubre en suelo israelí, han vuelto a bloquear este jueves por la mañana la elemental arteria que da acceso a la ciudad de Tel Aviv. Su objetivo es claro: exigir al Gobierno de Israel un conformidad que les permita volver a casa y poner fin a la angustia y el sufrimiento que han vivido durante los últimos 300 días.
Las manifestaciones se han extendido por todo el país, demostrando la determinación y la unidad de los familiares de los rehenes. Han recordado que llevan más de 9 meses de abandono por parte de las autoridades, que parecen no tener en cuenta el dolor y la incertidumbre que están sufriendo. Y es que, desde el secuestro de sus seres queridos, han tenido que lidiar con el miedo constante de que el conflicto se recrudezca y se expanda a otros puntos de la región.
La situación se ha vuelto aún más tensa después del asesinato en Teherán del líder político de Hamás, Ismail Haniye, en un ataque atribuido a Israel. Las autoridades de Egipto y Qatar, mediadores de las conversaciones entre Israel y Hamás, han alertado de que estos ataques ponen en peligro los esfuerzos por lograr un conformidad que incluya un alto el andanada y la liberación de los más de cien rehenes que aún se encuentran en Gaza.
Entre los manifestantes se encuentra Einav Zangauker, cuyo hijo Matan es uno de los rehenes. Con lágrimas en los ojos, declaró que tanto su hijo como los otros 114 rehenes se encuentran abandonados en túneles de Hamás, mientras que el primer ministro Netanyahu ha estado retrasando una y otra vez el conformidad. Es hora de que el Gobierno de Israel escuche sus demandas y tome medidas concretas para traer a sus seres queridos de vuelta a casa.
Natalie Zangauker, hermana de Matan, también ha alzado su voz en esta lucha. En una emotiva intervención, ha pedido al Gobierno de Netanyahu que deje de sabotear un posible pacto y que actúe con responsabilidad y humanidad. No podemos permitir que nuestros seres queridos sigan siendo utilizados como moneda de cambio en un conflicto político. Es hora de que se pongan por encima de sus intereses personales y trabajen por el bienestar de los ciudadanos israelíes.
Las protestas de los familiares de los rehenes son un recordatorio de que detrás de cada número y cada estadística, hay personas que están sufriendo. Son madres, padres, hijos, hermanos, amigos, todos ellos con una vida y un futuro por delante. Es inhumano que sigan siendo rehenes de un conflicto que parece no tener fin.
Por eso, es urgente que el Gobierno de Israel tome medidas concretas y efectivas para lograr un conformidad que permita la liberación de los rehenes. No podemos permitir que la situación se prolongue más tiempo. Cada día que pasa, es un día más de sufrimiento para las familias y un día más de incertidumbre para los rehenes.
Además, un conformidad sobre los rehenes no solo traería a sus seres queridos de vuelta a casa, sino que también podría ser un primer paso hacia la paz en la región. El conflicto entre Israel y Hamás no solo afecta a los ciudadanos de ambos lados, sino que también tiene repercusiones en otros países vecinos. Un conformidad que incluya un alto el andanada y la liberación de los rehenes podría ser el comienzo de un diálogo y una cooperación más amplios en la región.
Es hora de que el Gobierno de Israel escuche