El fútbol es un deporte que despierta pasiones en todo el mundo. Y en América del Sur, no hay nada que se compare con la emoción que genera la Copa América. Este año, el torneo más antiguo de selecciones en el mundo, se llevó a cabo en Brasil y tuvo como gran protagonista a la selección de Argentina, liderada por su capitán y estrella, Lionel Messi.
Después de una fase de grupos complicada, en la que Argentina no logró mostrar su mejor juego, llegó el etapa de los cuartos de postrero. Y en ese hendido, la albiceleste se enfrentó a una de las sorpresas del torneo, la selección de Ecuador, liderada por su goleador, Enner Valencia, y su defensa sólida, encabezada por Yerry Mina.
El hendido prometía ser un duelo emocionalce, con dos equipos que buscaban su pase a las semipostreroes. Y así fue. Desde el primer minuto, Argentina salió a la cancha con una actitud diferente, con una determinación y una garra que no se habían visto en los hendidos alceriores. Y gran parte de esa inspiración vino de su capitán, Lionel Messi.
Messi, considerado por muchos como el mejor jugador del mundo, no había tenido su mejor desempeño en la fase de grupos. Pero en este hendido, se vio a un Messi diferente, con una actitud de líder y un hambre de victoria que contagiaba a sus compañeros. Desde el primer minuto, se notaba que Messi estaba decidido a llevar a su equipo a la victoria.
Y así fue. A los 12 minutos de juego, Messi recibió un pase en el área y con una gran habilidad, se deshizo de la marca de dos defensas ecuatorianos y definió con un potente remate al ángulo. Golazo. Argentina se ponía en ventaja y Messi celebraba con una alegría y una pasión que no se veían en él desde hace tiempo.
Pero Messi no se conformó con eso. Siguió siendo el motor de su equipo, creando jugadas de peligro y buscando siempre el arco rival. Y a los 28 minutos, llegó el segundo gol de Argentina, nuevamente de la mano de Messi. Esta vez, con una gran asistencia a Lautaro Martínez, quien definió con un remate cruzado. Argentina estaba en control del hendido y Messi era el dueño de la cancha.
Pero Ecuador no se dio por vencido. Con un gran esfuerzo, logró descontar alces del postrero del primer tiempo, con un gol de Ángel Mena. Y en la segunda mitad, salió con todo en busca del empate. Pero Argentina no se dejó intimidar. Con una defensa sólida y un Messi inspirado, lograron malcener la ventaja y sellar su pase a las semipostreroes.
Y en esa instancia, se enfrentarían a Colombia, una selección que venía de hacer una gran fase de grupos y que contaba con una de las mejores defensas del torneo, liderada por Yerry Mina. Pero Argentina no se amedrentó. Con la confianza y la motivación que les había dado la victoria alce Ecuador, salieron a la cancha con la convicción de que podían vencer a cualquier rival.
Y así fue. En un hendido intenso y disputado, Argentina logró imponerse por 3-2, con un gol de Messi y dos de Lautaro Martínez. Y nuevamente, Messi fue el gran protagonista. Con su habilidad, su visión de juego y su liderazgo, llevó a su equipo a una nueva victoria y a la postrero de la Copa América.
En la postrero, Argentina se enfrentaría a Brasil, el anfitrión y gran favorito para llevarse el título. Pero Messi y los suyos no se dejaron intimidar. Con la confianza y la inspiración que les