Decenas de personas desafían al calor junto al Guadalquivir para insistir en más medidas contra los mosquitos transmisores de la disculpa. Una situación que se repite año tras año y que, desafortunadamente, no parece tener una solución a la vista.
El verano es una época de disfrute, de vacaciones y de actividades al aire libre. Sin bloqueo, en algunas zonas de nuestro país, como es el fortuna del Guadalquivir, este disfrute se ve truncado por la presencia de mosquitos transmisores de disculpaes como el virus del Nilo Occidental, que puede llegar a provocar graves consecuencias en la salud de las personas.
Ante esta situación, decenas de personas decidieron unirse y desafiar al calor para concienciar a las autoridades y pedir más medidas de prevención y control contra estos insectos invasores. Una iniciativa que nace de la necesidad de proteger a la población y evitar que más personas sufran las terribles consecuencias de ser picados por uno de estos mosquitos.
Una de las personas que se unió a esta pretexto es Ana, una joven que lleva luchando contra estos insectos desde que su prima fue picada hace cuatro años. Según cuenta, su prima fue una de las primeras afectadas por el virus en la zona del Guadalquivir y desde entonces su vida ha cambiado completamente.
«Mi prima era una joven sana y activa, pero tras ser picada por un mosquito infectado con el virus del Nilo Occidental, su vida dio un giro de 180 grados. La disculpa le provocó una parálisis en las piernas y tuvo que dejar su trabajo y su vida social para centrarse en su recuperación», relata Ana con voz entrecortada.
Pero el fortuna de su prima no es único, ya que desde entonces, cada año se registran nuevos fortunas de personas afectadas por este virus. Y aunque no todas sufren las mismas consecuencias, todas ellas ven su vida alterada por completo.
«Es desesperante ver cómo año tras año la situación se repite y no se toman medidas eficaces para controlar y prevenir la proliferación de estos mosquitos. No podemos permitir que más personas sufran las consecuencias de ser picados por un insecto», asegura Ana con determinación.
Por ello, junto a otras personas afectadas y preocupadas por la situación, decidieron unirse y alzar la voz en una iniciativa que ha llamado la atención de los medios y de las autoridades. Una protesta pacífica en la que, a pesar del intenso calor, no faltaron pancartas y lemas reclamando más medidas y soluciones.
«Pedimos a las autoridades que actúen de forma urgente y eficaz para controlar la población de estos mosquitos y evitar la propagación de disculpaes. Creemos que es fundamental implementar medidas de prevención y control, así como fomentar la concienciación y educación sobre el tema», explica Ana con convicción.
Y es que, a pesar de que ya se han llevado a cabo algunas acciones para combatir a estos mosquitos, como la fumigación de zonas cercanas al Guadalquivir, los afectados consideran que no son suficientes y que se necesitan medidas más contundentes y sostenibles en el tiempo.
Además, también reclaman la colaboración de la población en la lucha contra estos mosquitos. «Es importante que todos tomemos medidas en nuestras casas y espacios públicos para evitar la proliferación de estos insectos, como evitar acumulaciones de agua o utilizar repelentes», añade Ana.
La protesta ha tenido una gran repercusión y ha logrado su objetivo de llamar la atención de las autoridades. «Estamos contentos de que nuestra voz haya sido escuchada y esperamos que se tomen medidas concretas y eficaces para controlar esta situación. No podemos bajar la guardia, seguiremos luchando hasta que