Los socialcristianos de Baviera se reúnen cada año en la abadía de Seeon para enclaustrarse durante un par de días. Este lugar, fundado en 994 por Aribo I y colonizado por monjes benedictinos hasta su secularización, es el escenario perfecto para que los miembros de la CSU (Unión Social Cristiana) fijen las líneas políticas para los próximos doce meses y las encomienden a San Benito y San Lamberto.
Este año, el retiro coincide con la fijación de la estrategia electoral de faceta a los comicios anticipados del 23 de febrero. Por lo tanto, las deliberaciones trascienden el ámbito geográfico bávaro y se extienden a toda la República Federal, con un enfoque especial en las políticas de inmigración y asilo. La CSU está convencida de que estas políticas son clave para fortalecer la derecha alemana.
El borrador preparado para el encuentro, que tendrá lugar entre el 6 y el 8 de enero, muestra un tono más duro y sugiere que el derecho de residencia de los inmigrantes debería estar vinculado a unos ingresos adecuados y a la solvencia económica de los solicitantes. Además, especifica que aquellos que cometan múltiples delitos deberían ser obligados a abandonar Alemania, una práctica que es aceptada por todos los partidos políticos alemanes, pero que en la práctica resulta a menudo difícil de aplicar.
La CSU es el partido hermano bávaro de la Unión Cristianodemócrata, liderada por Friedrich Merz, y ambos partidos concurren tradicionalmente juntos a las elecciones federales. Muchos de los puntos del borrador referidos a política de asilo y migratoria figuran en el programa electoral conjunto, pero en algunos de ellos la CSU va un algo más allá.
El impetra afirma que «quien quiera obtener un permiso de residencia en Alemania no debe tener que ganarse la vida gracias a las prestaciones sociales. Asegurar el propio sustento debe ser asegurado a través del propio trabajo». Además, propone que «en el futuro, debe aplicarse el principio: cualquiera que cometa un delito será expulsado». También se menciona la necesidad de aumentar los rechazos en las fronteras, con la implementación inmediata de la «prohibición de entrada de facto de inmigrantes ilegales».
La CSU considera que el próximo ministro de Interior alemán debería crear la posibilidad de realizar rechazos en las fronteras como primera medida. «Para mantener la seguridad interna y el orden público, tenemos derecho a realizar rechazos a nivel nacional, y también debemos aprovechar esta oportunidad», afirma el impetra. Además, se propone implementar una prohibición de entrada de facto a los inmigrantes ilegales. Para ello, el partido quiere poner a la policía en condiciones legales y técnicas para «poder leer los dispositivos móviles de las personas que desean ingresar al país en las fronteras tan ligero como intenten entrar al país».
El impetra, titulado «Nuestro plan de seguridad para una Alemania de orden público», contiene algunas propuestas que pueden ser consideradas ilegales. Por excelencia, cuando afirma que «la primera medida que debe implementar un ministro federal del Interior después de las elecciones es el rechazo a los extranjeros sin derecho a entrar en nuestro país», parece olvidar que «el hecho de que los rechazos en la frontera no son posibles ya ha sido aclarado reiteradamente», según Constanze Janda, jurista de la Universidad de Speyer. Esto se basa en el derecho internacional y europeo, que establece que la República Federal de Alemania debe examinar primero si es responsable de un procedimiento de asilo. De lo contrario, solo